sábado, 7 de mayo de 2016

TEORÍAS EDUCATIVAS SOBRE EL DESARROLLO DE LA SEXUALIDAD INFANTIL

La sexualidad infantil es un tema de importancia en la vida de un niño porque es cuando empieza su desarrollo físico entonces el niño se está conociendo así mismo, el niño empieza a explorar y tocar sus partes íntimas ya sea en público o en privado, frotan sus pares privadas con la mano o algún objeto, igual cuando están pequeños empiezan a mostrar sus partes íntimas a otras personas, algunos pequeños tocan los pechos de la madre pero no de una manera de morbo es normal porque está creciendo y apenas está conociendo las cosas entonces para que el niño tenga un aprendizaje necesita experimentar. Pero ellos cuando empiezan a relacionarse con otros niños es cuando empiezan a darse cuenta de las diferencias que existen entre ellos entonces es cuando ellos llevan a cabo esos comportamientos porque tienen curiosidad, pero cuando el niño está en la etapa se debe de manejar con mucho cuidado ya que es un tema muy delicado.





Existen muchas teorías para poder entender el desarrollo sexual del niño, uno de los autores que más influyo fue Freud con su teoría Freudiana que son las etapas psicosexuales. 
Freud postuló su teoría de los estadios psicosexuales.
      La etapa oral se establece desde el nacimiento hasta alrededor de los 18 meses. El foco del placer es, por supuesto, la boca. Las actividades favoritas
del infante son chupar y morder.
    La etapa anal se encuentra entre los 18 meses hasta los tres o cuatro años de edad. El foco del placer es el ano. El goce surge de retener y expulsar. 
    La etapa fálica va desde los tres o cuatro años hasta los cinco, seis o siete. El foco del placer se centra en los genitales. La masturbación  a estas edades
es bastante común.
     La etapa de latencia dura desde los cinco, seis o siete años de edad hasta la pubertad, más o menos a los 12 años. Durante este período, Freud supuso que
la pulsión sexual se suprimía al servicio del aprendizaje. En los tiempos represivos de la sociedad de Freud, los niños eran más tranquilos en este período del desarrollo, desde luego, que los actuales.
    La etapa genital empieza en la pubertad y representa el resurgimiento de la pulsión sexual en la adolescencia, dirigida más específicamente hacia las relaciones
sexuales. 
     Estas 5 etapas que Freud postuló son muy importantes puesto que el desarrollo sexual del niño se basa en dichas etapas. 

TÉCNICAS PARA RESOLVER CONFLICTOS Y PROBLEMAS EN LOS NIÑOS DE 0-3 AÑOS

Mensajes que ayudan a prevenir el abuso sexual 
 
Al igual que con todos los demás aspectos relacionados con su desarrollo sexual, también hay que hablar con claridad sobre la posibilidad de vivir abuso sexual cuando ya son algo mayores (cinco o seis años), sin asustar ni darle un protagonismo excesivo, ya que los mensajes más importantes están implícitos y explícitos en todo lo que se ha ido abordando en esta guía. Es necesario explicarles que las relaciones afectivas y sexuales son muy bonitas cuando las dos personas están a gusto y haciendo aquello que quieren. Y que, cuando alguien, sea la persona que sea, les propone cualquier tipo de expresión afectiva o sexual que no les agrade (como un beso, una caricia o cualquier otro tipo de prácticas), no hay que hacerlo. 

     Hay que hacerles saber que si alguien les obliga a hacer algo que no quieran no tienen porque esconderlo ya que no son culpables de nada, y que, además, los secretos y los juegos amorosos se dan entre personas que tienen más o menos la misma edad y no con mayores. Es importante que sepan que si les pasa algo de este tipo, siempre pueden contárselo a alguna persona adulta en la que confíen especialmente. Y para no traicionarles, si alguna vez nos cuentan algo de este tipo, hay que creerles y tomarles muy en serio, ya que suele ser verdad, y además, difícilmente se imaginan prácticas sexuales inapropiadas para su edad.

Consejos para afrontar las dificultades de los hijos

En primer lugar, los progenitores deben saber que no existen los padres perfectos; lo más importante es saber afrontar el día a día con los niños e intentar esforzarse para dar lo mejor de sí mismos.
“Un buen padre es el que se involucra en la educación de su hijo”, señala Silvia Álava quien destaca que “no hay un baremo para determinar en qué medida se es buen padre o buena madre, y no debemos destruirnos con otras teorías”.
En este sentido os recomiendo la lectura del post “No soy una madre perfecta

Normas, límites y algunas pautas básicas de educación
Los niños necesitan saber qué está bien y qué está mal en cada momento, y cuáles son sus tareas establecidas. El sentido de lo moral no se termina de formar hasta los doce años de edad. Hay que trabajar la importancia del esfuerzo y de la constancia de forma que los niños puedan conseguir buenos resultados y valoren que detrás de una buena acción siempre hay una recompensa.                                                                      

OBJETIVOS DEL PROCESO EDUCATIVO EN EL DESARROLLO SEXUAL

Para hablar el tema de la sexualidad con los niños es un tema muy delicado, pero es un tema que se debe hablar con ellos porque cuando empiezan a desarrollarse y empiezan a conocerse a sí mismos en su cuerpo principalmente se tocan sus partes íntimas, entonces no podemos dejar pasar el comportamiento debemos explicarles de una manera tranquilo/(a), no los podemos regañar tampoco porque podemos provocar una mala experiencia al niño.
 
Entonces la mejor manera de enseñar  a un niño en su desarrollo sexual es demostrarles que el niño y la niña son diferentes que con el paso del tiempo van a ir cambiando, debemos enseñarles los nombres correctos a sus partes íntimas que los niños tienen,  “pene” y las niñas “vagina” no podemos darles otros nombres porque confundimos a nuestros niños, pero igual en esta parte debemos pedirle ayuda a los padres porque son ellos los que le ponen apodos a sus partes intimas como “toto”, “pollo”, “quesito”, “pilín”, "cucarachita", "mangerita", "tocineta", "pajarito" etc. Igual debemos expresarles las reglas de los límites personales porque no podemos permitir que el niño no conozca sus límites personales, hacerles entender que su cuerpo es suyo y no puede tocarlo nadie, tenemos que darles respuestas simples a toda pregunta de su cuerpo porque no tienen la edad adecuada para conocer de ello, pero eso no quiere decir que no tengamos que hablar de ese tema va ver el tiempo que a ellos le toque conocer esos temas.

Es de suma importancia que al niño crearle la consciencia de su propio cuerpo sin tener uno la vergüenza de decirle al niño el nombre correcto de cada uno de las partes de su cuerpo, ejemplo: brazo, pierna, cara, ombligo, si es niño pene, testículos, pies dedos, etc, en cambio en la niña es vagina, vulva o área púbica, etc. 


EL EDUCADOR Y SU INTERVENCIÓN

Las maestras y maestros como a madres y padres. No hemos hecho una separación entre escuela y familia porque entendemos que, aunque sean contextos educativos diferentes, las orientaciones para la educación afectivo-sexual no difieren sustancialmente, ya que los y las educadoras de ambas instituciones buscan el desarrollo sano y feliz de niñas y niños, y lo hacen estableciendo vínculos significativos y trascendentes con su alumnado. Para hacer educación afectivo-sexual no hay que renunciar a la propia historia ni dejar de ser quien se es para convertirse en una persona “experta” en el tema. La competencia para poder hacer una buena educación afectivo-sexual, la encuentra quien educa en su propio interés y sus ganas de crear y sostener vínculos y relaciones de intercambio con las criaturas.
La educación infantil es un modo de hacer explícito que la sexualidad acompaña al ser humano desde su nacimiento hasta su muerte y que, por tanto, niños y niñas son seres sexuados. Esto significa que es preciso orientarles en el desarrollo de su sexualidad, no sólo para su futuro, sino para que la vivan satisfactoriamente en su propio presente. A lo largo de la historia, la crianza, el cuidad o y la educación infantil han sido tareas desarrolladas fundamentalmente por mujeres, tanto en la casa como en las instituciones escolares. Esto es así aún hoy, aunque, en los últimos años, cada vez más hombres (p adres y maestro s) se han interesado por la relación con las y los pequeños y se han sumado con gusto a la tarea de educarlos.
Ser como somos, es el mejor punto de partida
El mejor punto de partida es reconocer los propios deseos, saberes, avances, dificultades, miedos, pudores, etc. y empezar a aceptarlos. Sólo desde ahí es posible decir la verdad y buscar los modos de hacer educación afectivo-sexual sintiéndose bien
Es frecuente pensar que para educar a niñas y a niños en el desarrollo libre, sano y gratificante de su sexualidad es necesario actuar y ser de una manera concreta y no de otras. Sin embargo, cambiar nuestras sensaciones y formas de pensar para plegarnos a determinados patrones de conducta no es una tarea fácil y ni siquiera positiva, ya que implica renunciar a lo que somos y a la riqueza que existe en lo que cada cual es.
La calidad de la relación es más importante que los mensajes que se dan o se dejan de dar, porque en ella, aunque no se tengan todas las respuestas, la criatura podrá aprender a expresar también sus miedos e inquietudes. Y esta relación puede ser una fuente de aprendizaje también para la persona adulta.
El vínculo y las relaciones con los niños y las niñas
Educamos a las niñas y a los niños a través de los vínculos que establecemos con ellas y ellos. Por este motivo es importante comprender la trascendencia de los mismos y reflexionar sobre cómo hacer de estas relaciones un lugar para la expresión, el intercambio y el desarrollo.
Un niño o una niña aprenden a reconocerse como seres únicos y diferentes y a reconocer a los otros y a las otras, a través de las relaciones que establecen. Aprenden, en primer lugar, a reconocer a las personas adultas más cercanas y, a través de los vínculos que establecen con ellas, a diferenciar a las personas entre sí. Es común que el vínculo más fuerte que una criatura establezca sea con su madre. Asimismo, diferentes prácticas dan cuenta de cómo un padre también puede establecer con su hijo o hija un vínculo basado en el cuidado y en el intercambio afectivo. Los maestro s y maestras, los abuelos y abuelas, los cuidadores y cuidadoras, y cualquier persona adulta que se relacione con las niñas y los niños, pueden establecer vínculos de apego con ellas.
El apego proviene de la confianza que sienten por sus mayores y la seguridad que esta confianza les da. Y son esa seguridad y confianza las que les permiten abrirse a las demás personas. A través de estos vínculos aprenden a expresar la afectividad. Por ello, es bueno para su desarrollo, que tengan más de un vínculo de apego porque supone la posibilidad de experimentar más estímulos, diferentes emociones y diversas formas de expresarse. En el periodo que va desde los cero a los d os años, los vínculos de apego tienen un pape l básico. Si la niña o el niño se sienten queridos aprenderán a querer y querrán mostrar ese sentimiento.
La influencia de las figuras de apego se extiende a toda la infancia y adolescencia, aunque cada vez va ocupando un lugar menos central. Los vínculos de apego marcarán sus relaciones futuras: la persona tenderá a ser cálida o fría, confiada o desconfiada, según cómo hayan sido estos primeros intercambios.
Como docentes siempre hay que darse cuenta que la confianza de un niño es muy importante, a medida de que el pequeño es el que elige o decide a quien darle la confianza, porque no a cualquier persona se la da, si no que esa persona se gano el vinculo de apego con el niño.